2013/11/13

Reflexión: que haya un freno a los errores del pasado...

Hablo por mi propia experiencia y lamentablemente debo afirmar lo siguiente:
El automovilismo argentino es la carrera de la avaricia, donde los tipos más egoístas que comparten menos con el resto son los tipos que mejor suman puntos y los que más ganan.

El automovilismo argentino es la competencia de ver quien es más que el resto: más rápido, más popular, más caro, tiene la mayor facturación y es, en resumen, MÁS PORONGA que el resto, entendiendo al MÁS PORONGA como el "líder" que con su vara manda sobre los demás. (Sinónimos podrían ser: macho alfa, cacique, jefe, caudillo, señor feudal, dueño, etc.) Los dirigentes se desviven por demostrar que su quinta es mejor que la de otro en cuanto a rédito económico y, en simultáneo, les importa muy poco del deporte, del cumplimiento de los reglamentos o de las normas básicas de seguridad. Esa es la típica actitud de un PORONGA, el que mandonea al resto y nadie se atreve a contradecir.
Por eso es que los dirigentes apelan a esa comparación entre categorías, porque como los indios que pertenecen a su tribu no tienen ni voz ni voto, solo les queda como único entretenimiento competir entre ellos y medirse por SER EL MAS PORONGA...


Esa competencia viene sucediendo en el automovilismo argentino desde hace por lo menos 13 años, lapso en los que hubo todo tipo de peleas, separaciones irreconciliables y hasta demandas judiciales. Todo es válido para determinar quien ES EL MÁS PORONGA.
El problema es que en estos 13 años, los dirigentes estuvieron más enfrascados en la encarnizada competencia por SER EL MEJOR PORONGA, que en cuidar al automovilismo nacional y si el refrán dice: “La unión hace la fuerza”, el automovilismo en general está cada día más y más debilitado. Es lógico, si quienes deberían ser solidarios con sus semejantes están más ocupados en competir por SER EL MÁS PORONGA, se fomentan rivalidades, hostilidades y enfrentamientos que debilitan al todo.

En el afán puesto por los dirigentes para SER LOS MÁS POGONGAS en estos 13 años, han sucedido situaciones tristes: como los deterioros crónicos de algunos autódromos —o, incluso, la desaparición de algunos casos—; situaciones polémicas: como sospechas de resultados sucios o cambios reglamentarios demasiado seguidos que erosionan la confianza; situaciones indignantes: como la superposición de fechas con competencias internacionales como el Rally Mundial o las acusaciones cruzadas que se ventilaron sobre los contratos de televisación (contratos que no son públicos, acusaciones que sí lo son); y situaciones que podrían haberse evitado como las muertes; si los caciques en lugar de haber estado compitiendo todo este tiempo por el PREMIO AL MÁS PORONGA se hubiesen puesto a pensar en que el automovilismo argentino es una sola hermandad, si en lugar de SER AVAROS y mirarse su propia PORONGA hubiesen levantado la vista y reconocido al resto como colegas; si en lugar de pensar en mayor facturación y mejor negocio, hubiesen pensado de forma más solidaria para fomentar la actividad en conjunto.

¿Quién puede afirmar que si no se hubiesen consumido 13 años en peleas dirigenciales por SER EL MÁS PORONGA hoy no tendríamos un piloto en la Fórmula Uno o una fecha de la categoría en el país? ¿¿Quien puede saber que si no se hubiesen perdido 13 años en peleas de mandoneos por SER EL MÁS PORONGA hoy no tendríamos categorías de prestigio y dirigentes respetados a nivel internacional en lugar de ser los orejones del tacho de la actualidad?? ¿¿¿Quién puede negar que si no se hubiesen perdido 13 años en peleas caudillistas por SER EL MÁS PORONGA hoy un Matías Rico estaría corriendo en alguna categoría importante o un Guido Falaschi en alguna categoría internacional???

Hace poco sucedió un gesto que parece querer torcer el rumbo de esta competencia ENTRE PORONGAS que no lleva a nada bueno: los presidentes de cada categoría nacional se reunieron bajo el paraguas del único ente reconocido por la FIA (Federación Internacional de Automovilismo) en el país que es el ACA (Automóvil Club Argentino) para dialogar, coordinar, consensuar y hasta acordar de buenos términos un calendario para 2014 en donde no haya superposiciones de fechas que generen trastornos a pilotos, equipos, personal deportivo de cada federación/categoría o periodistas. Después de 13 años de competir por el premio al MÁS PORONGA, dejaron de andar al palo y verse como rivales para reconocerse como compañeros. ¡¡Ya era hora, maldita sea!!
Todos deseamos, esperamos y ponemos esperanzas en que este sea el primer paso para comenzar una nueva etapa y que, de una buena vez por todas, se dejen de lado los antagonismos egoístas y todos los dirigentes empiecen a circular juntos todos para el mismo lado. Es apenas la largada, esperemos que no se corte con roja después de pocas vueltas...

Hoy es el segundo aniversario anual de la desaparición física de Guido Falaschi, un piloto que era rápido, popular, querido, o sea, tenía las condiciones para SER UN PORONGA en las pistas frente a sus contendientes; pero que no pudo competir con la mezquindad, la ambición, o la rapacidad de los dirigentes que se disputaban el premio de ser el REY DE LOS PORONGAS. Dos años después, la tristeza se hizo compañera, la indignación aflora ante ciertos comentarios y el dolor de la pérdida de un amigo permanece. Dos años en los que estos dirigentes preocupados por SER PORONGAS se despreocuparon totalmente por investigar técnicas o desarrollar pruebas científicas para mejorar la seguridad de los autódromos o los autos. Dos años es mucho tiempo... 13 años es peor.
Por respeto a los pilotos fallecidos en estos 13 años (Matías Rico, Julián Alfaro, Alberto Noya, Gabriel Miller, Guillermo Castellanos y Guido Falaschi), por respeto a los profesionales que trabajan en esta actividad y por respeto al público y los entusiastas que la siguen, esperemos que SE TRABAJE MUCHÍSIMO EN MEJORAR A TODO EL CONJUNTO DEL AUTOMOVILISMO ARGENTINO, y no vuelvan a pasar otros 13 años para que los dirigentes tengan ganas de sentarse en la misma mesa.

Termino la reflexión con una frase del mayor representante a nivel mundial de nuestro automovilismo, es decir, una frase del tipo que fue indiscutidamente EL MÁS PORONGA DE TODOS, una frase que los dirigentes de estos últimos 13 años se olvidaron por completo: “Hay que luchar por ser el mejor, pero nunca hay que creerse el mejor.” Juan Manuel Fangio.